domingo, 18 de octubre de 2015

Ciclocomputador minimalista

Puede que sea algo anticuado, pero me gusta instalar un ciclocomputador en las bicis que tengo. No es que no me guste usar el móvil con su GPS y todas esas apps para grabar y compartir actividades, logros,... Me gusta llevar un ciclocomputador para poder tener información de los kilómetros totales (independientemente de si se me olvida ese día de grabar el trayecto) y así poder saber cuando llega la hora de cambiar la cadena, cubiertas, etc.

Para la Brompton buscaba algo sencillo, que pasara lo mas desapercibido posible. El Cateye Strada Slim me pareció una muy buena opción.


Se trata de un ciclocomputador inalámbrico con un sensor delgado que queda oculto tras una de las vainas de la horquilla. El sistema de fijación del sensor es sencillo: una simple goma elástica. A pesar de costar un poco su instalación (la goma va bastante justa) una vez instalado cumple perfectamente su cometido. 



Con respecto al display es sencillo. Se agradece el tamaño de la pantalla, bastante grande y con dígitos que pueden verse fácilmente en cualquier condición. En la parte superior del display se muestra siempre la velocidad, mientras que en la inferior se puede ir conmutando cíclicamente entre las 7 funciones de las que dispone con un único botón... esto puede resultar un poco desquiciante si se quieren cambiar durante el trayecto con frecuencia entre funciones de visualización. 


La configuración inicial resulta sencilla y existe ya un tamaño de rueda prefijado que coincide con el tamaño de rueda de la Brompton: 16 x 1 3/8" / ETRTO 37-349. Con respecto al alcance entre el sensor y el display, comentar que el fabricante da una distancia máxima de 60 cm, que en mi caso ha sido mas que suficiente colocando el display en la parte baja del manillar en M. No se aprecia en ningún momento una perdida de conexión, ni siquiera tras varios meses de uso intensivo con el desgaste de las baterías que ello conlleva. 
Como resumen decir que se trata de un ciclocomputador, que aunque sencillo en sus funciones y en las opciones de visualización, cumple perfectamente su cometido y tiene el añadido de no modificar demasiado la estética de la bici al quedar el sensor oculto en la cara posterior de la vaina de la horquilla.



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